La belleza de las cosas simples

Esta tarde tuve una epifanía mientras desenvainaba guisantes. La casa en silencio, Olivia dormía la siesta, y yo no podía salir de mi asombro de la belleza de estos pequeños regalos de la temporada, cada uno diferente por dentro en tamaño y verdor.

Me di cuenta así de que en realidad el día entero había estado lleno de cosas simples y bellas, una tras otra: salir en la bici de madrugada, mi práctica de ashtanga, acompañar a Bruno al colegio de la mano, una comida casera con una amiga querida, una buena charla, taza de té en mano, jugar con Olivia con el sol entrando por la ventana. Todas cosas cotidianas, no muy diferentes de cualquier otro día, pero sólo gracias a la pausa obligada de preparar esos guisantes (porque había que hacerlo despacio, uno por uno) pude recuperar cada uno de esos momentos en la memoria, en vez de dejarlos pasar sin más como parte de la rutina.

No fue hasta un rato después, cuando ya me había decidido a convertir los guisantes en sopa y el evento en un post, que hice la conexión con el nombre de este blog. Y de eso se trata, precisamente: de convertir los guisantes en diamantes, amar lo cotidiano y simple como el valor más preciado. Porque lo es.


Crema de guisantes (para 3-4 personas)

Ingredientes:

1 kg de guisantes (en su vaina) 
1 patata, pelada y en trozos (opcional, para espesar un poco) 
caldo vegetal (si es casero, mejor), cantidad necesaria para cubrir las verduras 
2 pizcas sal marina 
1 puerro (parte verde y blanca), picado 
1 diente ajo, picado 
pimienta negra recién molida 
guarnición opcional: unas hojas de menta fresca o unos tomates secos picados

Desenvainar los guisantes (despacio, disfrutando del "pop" que hace cada uno al abrirlo). Calentar el aceite en una cacerola. Añadir el puerro y 1 pizca de sal y rehogar a fuego medio durante unos minutos, hasta que se quede tierno. Añadir la patata y los guisantes y el caldo, que cubra las verduras. Llevar a ebullición, reducir el fuego, tapar y cocer 15 minutos. Añadir otra pizca de sal y un poco de pimienta molida. Hacer puré pero no del todo, dejando tropezones de guisantes. Si se quiere más cremoso se puede añadir un poco de leche de arroz. Servir con las hierbas y/o tomate seco picado por encima de cada bol.