Paté de girasol, tomate y albahaca

Cuando todos los ingredientes de una receta son deliciosos, es difícil fallar. Es el caso de este paté, otra receta de Sarah B.

Cuando el calor aprieta, la crema de cereales para desayunar me apetece un poco menos, no cada día como en invierno. Últimamente, las mañanas me piden más té verde (estos días este maravilloso Gyokuro), y lo acompaño a veces con algún pan de espelta de buena calidad, o bien con aguacate, o bien con una mezcla de miso y tahín. 
Soy fan de los patés vegetales; todos los que han pasado por mis talleres de cocina lo saben, ya que no dejo de repetir algunos de ellos (el de alubias al romero y el de sardinas son los más populares) para mis alumnos. Las cremas o patés vegetales, además de admitir infinitas variantes, pueden consumirse en todas las comidas: untadas sobre pan o galletas de arroz para desayunar o merendar, o mezcladas con el cereal en las principales comidas.  

Esta receta en particular me llamó la atención porque reúne dos favoritos míos: la albahaca (tal vez el perfume más rico que exista en la cocina -y fuera; me encantaría conseguir su esencia embotellada) y el tomate seco. El color resultante es sospechosamente parecido al de un paté convencional de foie, pero para los vegetarianos, no os asustéis, que el sabor es bien vegetal. Si utilizas tomates secos ya remojados en aceite, omite el aceite de la receta (e incluso sécalos un poco con papel de cocina para aborber un poco el exceso de aceite). 

Paté de girasol, tomate y albahaca
Inspirado en una receta de Sarah B. 
Ingredientes:
1,5 tazas semillas de girasol
100 gramos albahaca fresca
12 tomates secos
1 limón, ralladura y zumo
1 cucharita sirope de agave
1 cucharita salsa de soja
agua, cantidad necesaria (puede ser el agua de remojo de los tomates)
2 cucharadas aceite de oliva extra virgen (si los tomates son secos y remojados en agua; si son en aceite, omitir)

Poner las pipas de girasol en un bol y cubrir con agua. Dejar remojar un mínimo de 4 horas (o toda la noche, más fácil). Pasado el tiempo de remojo, colar y enjuagar las semillas, y combinarlas con el resto de ingredientes, excepto el agua. Procesar añadiendo agua gradualmente hasta conseguir la consistencia deseada. Decorar con unas hojitas de albahaca fresca. Se conserva en bote hermético en la nevera durante 1 semana.