Mini-tartaletas dulces de calabaza y avellana

¿Qué os parece el nuevo look de desayuno con guisantes? Mi adorado I. lleva un tiempo trabajando para renovar un poco la imagen de la web y organizar mejor sus contenidos. Si bien todavía quedan algunos pequeños ajustes, estoy muy contenta con el resultado y espero que podáis disfrutarlo y aprovecharlo mejor.

Para estrenar, una receta dulce, continuando con el dulzor de la calabaza, mi ingrediente favorito de la temporada. Pero antes, os recuerdo que quedan plazas para los talleres de cocina para el invierno (2 de febrero) y cocina con algas (16 de febrero). Escribidme para más info. 

Cuando se acercó Thanksgiving en noviembre, mi amiga M. me confesó que, a pesar de haber vivido muchos años en Estados Unidos, nunca había probado la pumpkin pie, la tarta de calabaza que se come casi obligatoriamente, en todas las casas americanas, el día de Acción de Gracias. Fue la excusa perfecta para motivarme a probar esta receta del blog de Sara B. (por si me gustara poco la calabaza, jeje). Preparé estas deliciosas mini-tartaletas en homenaje a M. (celebrando que por fin retomo las clases de cello!). 

Son un postre o merienda (o incluso desayuno) otoño-invernal perfecto. Como la masa es más bien seca, combina con unas cuántas tacitas de té (un buen Oolong tostado, por ejemplo). Alguien más goloso podría sugerir incluso acompañar con helado de vainilla. 

Me tomé el esfuerzo de moler las avellanas a mano (así hice el ejercicio para compensar las calorías:) en uno de los utensilios favoritos de mi cocina (que utilizo, la verdad sea dicha, muy de vez en cuando), este mortero: 

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Las agujetas en el brazo se vieron compensadas por la fragancia deliciosa que iban soltando las avellanas tostadas en el proceso.

Algunas sugerencias de preparacion: 

Si utilizas procesadora para moler las avellanas, no te pases porque acabarás con mantequilla de avellana. Ha de quedar una arenilla, y no pasa nada si hay algunos trocitos. 

Para pelar las avellanas recién tostadas, un método práctico, fácil y limpio es ponerlas, una vez frías, en una bolsa de plástico y frotar bien. Las pieles quedan en la bolsa, la tiras y ya está. No te preocupes si quedan algunas pieles, no pasa nada. 

Si utilizas kuzu en vez de maicena, disuélvelo antes en un poquito de agua fría. 

Puedes sustituir el aceite de coco por aceite de oliva. 

Utiliza la combinación de especias que más te guste; yo usé las más dulces que son las que suelo tener en casa, pero también podrías añadir o sustituir jengibre en polvo y/o clavo molido.

La masa es muy sequita; para que funcione tienes que presionar muy firme con los dedos contra el molde. 

Sugiero utilizar los moldes de cupcakes de papel para la cocción; se vuelve mucho más sencillo el proceso de desmoldar y disminuyes el riesgo de que se rompa. 

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Mini-tartaletas de calabaza y avellana

Basadas en My New Roots

Ingredientes para unas 12 tartaletas:

Para el relleno de calabaza:

2 tazas puré de calabaza

2 cucharitas canela molida

1/2 cucharita nuez moscada

1/2 cucharita pimienta de Jamaica molida

1/2 cucharita cardamomo molido

2 cucharadas aceite de coco apenas derretido

3/4 taza azúcar de coco (o azúcar integral de caña)

1/2 vaina vainilla, raspada con la punta de un cuchillo

3 cucharadas maicena o kuzu

1/2 cucharita sal marina

Para la masa de avellana:

2 tazas copos de avena finos

200 gramos avellanas

1 cucharita canela molida

1/4 taza melaza de arroz (o miel)

2 cucharadas aceite de coco, apenas derretido

Primero asar la calabaza, cortada al medio con la piel hacia arriba, en un horno a 200ºC unos 30-40 minutos o hasta que esté tierna. Dejar enfriar hasta que puedas manipularla y vaciar con una cuchara. Medir la cantidad necesaria y reservar. 

Procesar los ingredientes del relleno junto con la calabaza hasta que te quede uniforme. 

Preparar la masa: primero tostar las avellanas en el horno unos 15 minutos o hasta que estén fragantes sin quemarse. Dejar enfriar. Pelar frotando entre sí. Reservar unas 6-7 avellanas para decorar y moler el resto con una procesadora o mortero, hasta que parezca arena gruesa. Procesar los copos de avena con el resto de ingredientes de la masa y al final añadir las avellanas. Ha de quedar una arenilla pegajosa que se junte al apretar con los dedos. 

En moldes individuales preparados, poner una bolita (tamaño pelota de golf) en cada molde apretando bien firme con las puntas de los dedos. Llenar con el relleno. 

Hornear unos 30 minutos o hasta que el relleno esté marrón oscuro y firme. 

Dejar enfriar por completo antes de desmoldar. Decorar con unos trocitos de avellana partida.