Ensalada de rúcula, espinacas baby, almendras e higos secos

En general durante todos los meses de frío no toco los alimentos crudos; me enfrían demasiado. Tengo mucha tendencia al frío siempre, y no fue hasta que empecé a aprender cocina energética y macrobiótica que comprendí que mi alimentación (que allá lejos y hace tiempo era una alimentación "vegetariana" a base de grandes cantidades de ensalada en todas las comidas) no me estaba ayudando, sino que me estaba coartando. Fue el Dr. Pérez Calvo el que me prohibió comer crudos durante los meses que me traté con él, y fue lo mejor que me llevé de su consulta. Ojo, no digo que esto sea lo mejor para todos. Cada persona, cada tipo de cuerpo, tiene sus propias características por su constitución genética y su condición en cada momento. Mi tipo particular, mi cuerpo, funciona mejor cuando no come demasiado alimento crudo. 

(Hago una pequeña excepción para los aguacates, que no cuentan.:)

Esta ensalada es una excepción que prueba la regla. Es lo suficientemente contundente y cálida para poder comerse en otoño e invierno. La rúcula tierna y las espinacas baby que me trae Dídac juegan el papel de ensalada de hoja cruda, pero muy bien contrarrestados por los higos secos y la cebolla macerados, y las almendras doradas junto con pan de pita en trozos. Es una ensalada con una generosa cantidad de grasas buenas (almendras, aceite de coco, aceite de oliva), con los sabores cítricos del limón y el sumac como contrapunto. 

La puedes servir acompañando un plato de arroz con proteína vegetal, por ejemplo, como lo comimos hoy. O, si quieres una ensalada más contundente, puedes añadir unos daditos de tofu ahumado o seitán dorado en la sartén.

Funciona mucho mejor si tienes todo semi-preparado pero no la armas hasta último momento, para que el pan de pita tostado no pierda su textura crujiente al combinarse con los ingredientes húmedos. También, en temporada, funcionaría muy bien con higos frescos. 

Ensalada de rúcula, espinacas baby, almendras e higos secos

Basado en una receta de Ottolenghi

Ingredientes: 

1 manojo generoso de rúcula y otro de espinacas baby

1/2 cebolla roja, a medialunas muy finas

75 gramos almendras crudas sin sal

100 gramos pan de pita del día anterior (o anterior), en trozos desiguales de unos 3 cm

100 gramos higos secos, remojados unos 15 minutos y cortados en cuartos

1 cucharada aceite de coco

2 cucharadas aceite de oliva extra virgen

2 cucharitas sumac

zumo de 1/2 limón

sal marina 

1 cucharada vinagre de ume

Remojar los higos. Colar, cortar en cuartos. Ponerlos en un bol junto con la cebolla en medialunas finas y el vinagre de umeboshi. Dejar macerar unos 15 minutos. Colar el exceso de vinagre y reservar. 

Calentar una sartén de fondo pesado con el aceite de coco y 1 cucharada aceite de oliva. Añadir el pan de pita en trozos y las almendras gruesamente picadas, y tostar removiendo constantemente hasta que se doren, unos 6 minutos aprox. Quitar del fuego, añadir el sumac y 1/4 cucharita sal. Reservar.

Lavar y secar bien la rúcula y espinacas y pasar a un bol grande. Añadir la cebolla y los higos y el pan de pita y las almendras. Mezclar cuidadosamente, añadiendo la cucharada de aceite restante, el zumo de limón y una pizca más de sal. Servir inmediatamente. (O, si quieres servirlo más tarde, no mezcles el pan hasta último momento.)

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