Tomatitos asados "slow"

El final del verano no es la época ideal para tener el horno encendido durante toda una tarde, lo sé. Pero es cuando los tomates están en su apogeo, y esta receta es una excelente manera de conservarlos unos días más. 

El otro día nos despedimos del huerto. Fue bastante triste, no tanto por la despedida (nos encantó la experiencia, pero estamos listos para tener los domingos por la mañana libres para estar por casa en pijama) sino por ver la evidencia de nuestro abandono durante todo el verano. Estaba en un estado lamentable, como si hubiese pasado un incendio por allí. Aún así, logramos recoger unos 15 kilos de tomates. Unos cuántos amigos se vieron beneficiados. Aproveché todos los que pude, todos los que cabían bien apretados en la bandeja del horno (los más pequeños, porque eso significaba menos horas de horno) para hacerlos asados "slow". 

Esta receta es uno de esos comodines que va bien con todo y a toda hora. La ensalada caprese (con mozzarella fresca y albahaca, que también está de estación, un buen aceite, y unas aceitunas negras) es un must, pero también quedan espectaculares cortaditos en un risotto, o en una ensalada veraniega de quinoa o cuscús, o simplemente encima de una rebanada de buen pan por la mañana. Si utilizas tomates cherry se te acorta el tiempo de horno; sabrás cuándo están listos porque quedan planitos y arrugados, secos. Para conservarlos, apretarlos bien dentro de un bote o recipiente de cristal y luego añade un generoso chorro de aceite de oliva por encima. Si quieres también puedes añadir un diente de ajo crudo entero al bote para darle aroma. 


Tomatitos asados "slow"
Ingredientes:
1/2 kilo de tomates cherry o tomates pera pequeños (o todos los que te quepan en la bandeja del horno)
1 cucharadita sal marina
1 chorro generoso aceite de oliva extra virgen de muy buena calidad
hierbas aromáticas secas, las que quieras (o ninguna. yo usé las que tenía a mano, preparé una mezcla de menta, albahaca, romero y orégano)

Precalentar el horno a 110ºC. Lavar los tomates y cortarlos por la mitad a lo largo. Forrar una bandeja de horno con papel vegetal. Colocar los tomates, con el lado cortado hacia arriba. Esparcir la sal por encima. Verter un chorro generoso de aceite de oliva por encima. Si utilizas hierbas, espolvoréalas ahora por encima. Cocolar la fuente en el horno durante unas 3-4 horas (o hasta que queden bien planitos y arrugados, como en la foto. Si son cherry, con 2,5 horas alcanza. Si son tomates pera pequeñitos, más bien 4-5), mirando de vez en cuando para ver cómo van. Dejar enfriar y guardar en un bote hermético en la nevera, apretando un poco en el bote con la parte de atrás de una cuchara, y vertiendo otro generoso chorro de aceite de oliva por encima.