Risotto de habas al eneldo

 Sigo celebrando la llegada de la primavera, aunque ahora desde lejos; me he venido a Buenos Aires donde comienza el otoño. Me da pena perderme mi época favorita del año pero está más que compensado por el hecho de poder pasar unos días cerca de mi gente. 

Desde aquí, les paso esta receta primaveral y deliciosa. Dense prisa antes de que la temporada de habas se acabe!

Risotto de habas al eneldo
Ingredientes: 
1 cebolla, picada
250 gramos arroz basmati
una cucharadita eneldo seco o dos ramas eneldo fresco
1 kg (sin pelar) habas frescas
700 ml caldo vegetal o agua
sal
aceite de oliva

Primero preparar las habas: pelarlas (actividad genial para hacer con niños, se les da muy bien con sus deditos pequeños) y hervirlas 4-5 minutos. Colar y una vez que estés lo suficientemente frías para manipularlas, volver a pelar, haciendo un pequeño corte con la uña para que -plop- salga solo el regalito verde, tierno, redondo. (No te angusties de la poquita cantidad que quedará de 1 kg de habas enteras y después de tanto trabajo; el esfuerzo vale la pena!). Reservar.

Poner a remojar las hebras de azafrán en una tacita de café de agua hirviendo.

Calentar un chorrito de aceite en una sartén de hierro colado. Añadir la cebolla con una pizca de sal y remover unos 8 minutos, hasta que esté tierna pero no dorada. Añadir el arroz basmati y un poco más de sal y mezclar con cuchara de madera para que todos los granos queden recubiertos de aceite. Si usas eneldo seco, añadirlo ahora, como también el azafrán y el agua de remojo. Añadir el agua o caldo hirviendo. A partir de aquí hay dos maneras de proceder: Carol Klein recomienda tapar, quitar del fuego y dejar reposar unos 10 minutos. Yo la verdad es que lo probé una vez pero me quedó el arroz completamente crudo, así que después lo hice a la clásica manera del risotto, añadiendo el agua o caldo poco a poco y sin parar de mezclar. Al final de todo, añadir las habas (y el eneldo, si es fresco) y mezclar bien. Dejar reposar semitapado unos minutos. 

Servir con un chorrito de aceite de nuez y perejil picado.  

Yo lo acompañé con una coliflor hecha al horno con un poco de aceite y semillas de comino, y los niños optaron por mezclarlo todo, sabiamente ya que le daba textura crujiente al risotto.