Ensalada primaveral de quinoa y guisantes

Una de las cosas que más me gustan de ser extranjera en el país donde vivo es que puedo adaptar las costumbres locales a mi antojo. St. Jordi, 23 de abril, el día del libro (día en que, tradicionalmente, los hombres regalan rosas y las mujeres, libros; ahora todos somos más modernos y yo regalo más veces rosas a I. de las que recibo) debe ser mi fiesta catalana preferida, por motivos más que obvios. Libros y flores.

Este año St. Jordi resultó pragmático: I. y yo nos pusimos de acuerdo para elegimos un libro cada uno por amazon. Yo elegí Ripe de Cheryl Sternman Rule, un libro visualmente muy atractivo en que la estrella son las frutas y verduras, pero no de manera aburrida ni con fanatismo macro-nada, sino con un enfoque fresco y divertido. El libro está organizado por colores y las fotos saltan de la página a los ojos por la saturación de los colores.

La primera receta del libro que preparé -o más bien, una adaptación de ella- un tabbouleh de guisantes. La autora dice que no tendríamos que avergonzarnos si optamos por usar guisantes congelados, pero a mí me parecería triste, un despropósito en esta época en que -por poquito tiempo ya- están de temporada. Aprovechadlos; como dije aquí, una tarea tan anodina como pelar guisantes puede convertirse en un rato contemplativo especial, que va bastante más allá de lo doméstico cotidiano. 

Reemplacé el tradicional bulgur del tabbouleh por quinoa, que en vez de ser un cereal procesado es integral, y a mi gusto aporta un frescor y ligereza parecido, pero también más nutrición que el trigo transformado (y por eso no me atreví a llamarlo tabbouleh). También añadí rabanitos; me pareció que los colores pegaban bien y que era otra manera de celebrar los productos de estación. 

Ensalada primaveral de quinoa y guisantes
Inspirado en Green Pea Tabbouleh de Ripe de C. Sternman Rule
Ingredientes:
1 taza quinoa
2 tazas agua
sal marina
1/2 kg guisantes frescos
150 gramos perejil fresco picado
zumo y ralladura de 1 limón
3 cucharadas aceite de oliva
unos 10 rabanitos, cortados en rodajas finas o en cerillas
unas gotas vinagre de umeboshi
opcional: almendras tostadas picadas, queso feta, olivas negras (todas juntas o las que prefieras) 

Primero preparar la quinoa: lavar el cereal en un colador bajo el grifo. Pasar a una olla con 2 tazas de agua y una pizca de sal. Llevar a ebullición, tapar y reducir el fuego a mínimo. Cocer con difusor unos 15-20 minutos. Dejar reposar unos minutos más y "peinar" con un tenedor. Pasar la quinoa a un plato playo para que se enfríe.
Mientras, pelar los guisantes, lavarlos y cocer en una olla con apenas un poquito de agua, tapados, durante 4 minutos (se harán en su propio vapor). Reservar. 
Picar el perejil y cortar los rabanitos. Macerar los rabanitos durante unos minutos con unas gotas de vinagre de umeboshi.
Mezclar todos los ingredientes en un bol grande y aliñar con el zumo de limón y aceite de oliva. Salpimentar a gusto. 
Para una comida más contundente, se pueden añadir unas almendras tostadas y picadas, un poco de queso feta y unas olivas negras.