Croquetas de mijo con zanahoria, atún y tomillo

Ésta es una adaptación de una receta que aprendí en la escuela de Olga Cuevas. El mijo es uno de mis cereales favoritos. No sólo es genial para el sistema digestivo y los riñones, también es muy versátil en la cocina. Su textura algo pegajosa se presta perfectamente a las croquetas. (El mijo también puede quedar suelto; depende de la cantidad de agua que uses para cocerlo.)

Puedes adaptar muy libremente esta receta; admite variantes con las casi cualquiera de las verduras que tengas en casa (eso sí, asegurate de picarlas muy pequeñas para que se incorporen bien en la croqueta) o las hierbas aromáticas de estación. Mezcladas con atún o alguna legumbre se convierte en un plato principal completísimo. A los niños les encantan, y además son ideales para llevar de picnic por ahí. 

Servir con una ensalada colorida en verano (la nuestra esta vez fue de tomates corazón de buey, remolacha y albahaca fresca),  o unas setas salteadas en otoño. 

Croquetas de mijo con zanahoria, atún y tomillo

Ingredientes:

1/2 taza mijo

1 diente ajo

1 zanahoria pequeña, rallada fina

hojas de tomillo fresco, unas 2 cucharadas

50 gr atún desmenuzado

1/4 cucharita cúrcuma

sal marina

aceite de oliva extra virgen

pimienta negra, opcional

Lavar y colar el mijo. Colocarlo en una olla con 1,5 tazas agua y una pizca sal. Llevar a ebullición y cocer tapado primero 10 minutos sin difusor y luego 10 minutos con difusor. Dejar reposar mientras preparas las verduras. 

Deshojar el tomillo. Calentar una sartén de fondo grueso con un poco de aceite. Añadir el ajo picado y una pizca sal y revolver unos instantes. Añadir la zanahoria rallada. Añadir la cúrcuma (y, si quieres, un poco de pimienta negra recién molida). Saltear unos minutos más. Apagar el fuego, añadir el tomillo y el atún desmenuzado y luego mezclar todo con el mijo caliente. Dejar reposar hasta que puedas manipularlo con las manos. 

Trabajar con un bol de agua al lado para ir humedeciéndote las manos mientras formas las croquetas. Puedes hacer forma de croqueta tradicional (alargados, como en la foto), o bolitas que luego aplastas con la palma de la mano en forma de mini-hamburguesitas (u otra forma que te agrade más). Apretarlas bien para asegurar que no quede aire en medio (podrían deshacerse).

Repartir las croquetas en una fuente para horno forrada con papel vegetal. Pincelar con aceite y hornear unos 20 minutos, hasta que se doren. Para humedecer un poco, se puede servir con unas gotas de shoyu o una salsa pesto casera (como esta en verano o esta en invierno) o una crema de hierbas como esta.