Restaurantes Km 0

Hará un año me hice socia de Slow Food (el Convivium de Barcelona se llama Vázquez Montalbán). Me pareció que ya no podía no hacerlo; creo mucho en su proyecto, que coincide con valores y convicciones que he ido reforzando en los últimos años. 

A pesar de que Slow Food existe desde 1989 y ya existe en 50 países del mundo, encuentro que demasiada gente (incluidos la mayoría de mis alumnos) no lo conocen. 

Yo desde aquí los invito a conocerlos un poco, si es que no los conocen todavía, acercándose a la web o a alguna de las actividades que organizan cada año. (Yo no me pierdo la calçotada en marzo en Gallecs.) 

Uno de los programas que tienen es el que se llama Restaurantes Km 0: para cualificar como Km0, un restaurante debe comprar al menos a tres productores en un radio de 100 km del restaurante, e incluir al menos cinco platos Km 0 en la carta, o sea platos hechos con un 40% de ingredientes adquiridos a productores cercanos y el 60% restante ecológicos o incluidos en el Arca del Gusto (los productos protegidos o avalados por Slow Food). Al fomentar el consumo de productos de temporada y locales, no sólo ayuda a mantener la biodiversidad local, sino que también se protege el medio ambiente, reduciendo la emisión de CO2 en el transporte de alimentos. 

La novedad es que, a partir de este mes, ya son 59 restaurantes españoles (la mayoría en Cataluña y País Vasco) que cuentan con el distintivo Km 0. 

Aquí podéis encontrar la lista.

Yo de momento sólo he comido en el Mam i Teca (si no fuera porque lo recomendaba Slow Food nunca hubiese llegado hasta allí, pasa desapercibido como un bar del Raval casi cualquiera) y les aseguro que bien vale la visita. Mam i Teca está en la calle Lluna, 4 de Barcelona. 

Los dejo con una foto de Olivia, en marzo de este año, con tres años recién cumplidos, deleitándose con calçots en Gallecs.