Cuando llegué a California, un libro llevaba un rato ya en mi wish list: Vegetable Literacy de Deborah Madison. Lo había visto en mi viaje anterior, y además estaba en boca de todas las bloggeras que sigo habitualmente. Pero con su tapa dura y sus buenas 400+ páginas gruesas (con fotos de alta calidad, como las hace Ten Speed Press), sabía que no era el libro para llevar y traer por encima del charco demasiadas veces.
Read MoreOlivia te cuida no es una auto-referencia a lo bien que se portó mi hija mientras estuve convaleciente de mi cirugía de hernia, no. Es el nombre de mi sitio favorito de Madrid.
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Me encantan los patés vegetales a toda hora y en todas las comidas; en pan o tortitas de arroz para desayunar o merendar, con bastones de zanahoria, apio y calabacín para un almuerzo ligero, o acompañando un plato de arroz integral para un plato más completo.
Read MoreAquí va otra receta de mi amado Japanese Farm Food. Este libro no tiene desperdicio! La coliflor era una verdura que no me hacía demasiada gracia hasta que empecé a comprender lo versátil que es; pienso no sólo en la salsa bechamel vegana, sino que tengo pendiente probar incluso una masa de pizza a base de coliflor molida.
Read MoreQuienes me conocen bien saben (y quienes no, os cuento) que llevo muchísimos años soñando con un viaje a Japón. Por motivos estéticos y culinarios, me atrae como ningún otro sitio, sobre todo el Japón antiguo, imperial -no tanto el Tokyo moderno sino Kyoto y sus templos.
Read More¿Habrá alguien allí fuera que todavía no se haya enterado de mi fanatismo por la calabaza potimarrón? Y los que ya lo conocen, ¿tienen ganas de aún una receta más? Casi me da vergüenza, después de todas las que colgué en el blog este otoño (aquí, aquí o aquí, entre otras). Pero esta quiche salió tan rica que no puedo evitarlo. La masa es, como en ésta, la receta de Sprouted Kitchen, con la variante del eneldo, una hierba que me encanta y que da un excelente contrapunto al dulzor de la calabaza. El relleno, si tienes la calabaza ya asada de antemano (incluso lo puedes hacer el día anterior), se hace enseguida. Y si la calabaza es potimarrón, puedes comerte la piel y todo. Más fácil imposible. Y deliciosa con una ensalada verde o una sopa de verduras.
Read MoreHe aquí el desayuno perfecto para una mañana otoño-invernal de domingo. La calabaza potimarrón, mi ingrediente fetiche de la época, da dulzor y cremosidad a la receta tradicional de tortitas (ver este post). Cuando Enric me trae la calabaza cada semana, lo primero que hago es encender el horno y asarla, hasta que esté bien dorada. Así la guardo, para luego decidir si la utilizaré en una receta dulce (como esta o los muffins de calabaza o este pastel) o una sopa cremosa. Me encanta que se pueda comer la piel; la hago puré junto con la pulpa. Alguna vez incluso me tomé el trabajo de separar y lavar las pipas y tostarlas al horno.
Read MoreFue la mejor cena de la semana. Qué satisfacción cuando algo tan rico sale de partes de la comida que la gente suele tirar a la basura.
Qué acelgas más duras me mandó Xavi esta semana, pensé. Tanto que incluso revisé el pedido pero no había acelgas. Separé tallos de hojas, herví las hojas un ratito pero seguían durísimas. Ahí caí: no eran acelgas, eran las hojas verdes de coliflor! Y entonces lo convertí en esta cena de inspiración japonesa que toda la familia celebró, y yo la que más por cuidar la economía doméstica de manera tan deliciosa.
Read MoreDe pequeña Halloween era mi fiesta favorita. No tanto por las golosinas (la mayoría iban directo a la basura) sino por el encanto de ver a todo el mundo disfrazado en la calle. Vivíamos en una ciudad-suburbio donde caminar por la calle no era una opción (te miraban raro). Y de repente esta transformación anual, popular, nocturna y excéntrica, se convertía en una fiesta por partida múltiple. Tal vez por eso, a pesar de la colonización, no me molesta del todo que Halloween, tradicionalmente tan americana, se esté exportando hacia estos pagos.
Read MoreEnric y Dolors me tienen mucha fé. Después del regalo de las flores de yuca, un día, con mi pedido semanal, recibo una especie de calabacín gigante y blanco que tampoco, que yo supiera, había encargado. Un par de días después, les envié un mensaje y efectivamente, era otro regalito de los suyos, pero con un aliciente que se convirtió en un desafío para mí:
Read MoreMe apetecían lentejas pero hacía poco frío para sopa o guiso. Recordaba una feliz receta antigua, que creía haber colgado en el blog. Buscando buscando apareció, pero en mi antiguo blog (el primer intento. Lo más curioso es que el antiguo post era de exactamente 3 años atrás, o sea que está más que claro que es un plato para comienzos del otoño.
Read MoreComo se vienen muchas cosas interesantes que no os querréis perder, quiero dedicar este post a juntar todas las actividades que estaré ofreciendo a lo largo de las próximas semanas:
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